13 de enero de 2012

Nicolás Maduro y Carabobo

Con miras a las elecciones del 16 de Diciembre de este año, militantes del oficialismo ya han recibido el dictamen del Presidente Hugo Chávez para ser candidatos a las gobernaciones, de los cuales uno de los más noticiosos ha sido del Canciller Nicolás Maduro a nuestro estado Carabobo y es pertinente mencionar algunas cosas. 

No es sorprendente que nuevamente Chávez vuelva a lanzar como candidato a la gobernación de nuestro estado a un individuo con ningún tipo de relación a la vivencia carabobeña. 

Para las elecciones regionales del 2008, había elegido al controversial presentador del programa “La Hojilla” Mario Silva (siendo derrotado) y ahora para las del 2012 es el turno del Nicolás Maduro. 

Aunque esta vez se decidió por una opción muy conocida y de alto cargo en el gabinete nacional, a más de uno en la cúpula oficialista de Carabobo como Francisco Ameliach, Saúl Ortega, Cliver Alcalá, Miguel Flores, Edgardo Parra se quedaron esperando el apoyo del Presidente y al momento de saber del nombramiento de Maduro como buenos soldados de la revolución respondieron en líneas generales es que seguían las órdenes del comandante y líder de la revolución bolivariana. Mostrando que desde el 2008 ninguno de los anteriormente nombrados no ha logrado el apoyo suficiente tanto de la población como su de líder para derrotar a cualquier candidato de la alternativa democrática. 

Ejemplos como este y muchos otros, nos evidencia claramente que en el “Socialismo del Siglo XXI” no existe la Meritocracia sino un juego de ajedrez indiferente donde sus partidarios son solo piezas que obedecen las ordenes de un jugador prepotente. 

¿Cómo alguien puede pensar en gobernar un estado sin saber en dónde está parado? Sin conocer sus problemas y las cosas que la hacen una gran región, creo que alguien que nació y vive en Caracas sepa algo de esto. Es importante que los servidores públicos tenga un sentido de pertenecía de la sociedad por la cual fue elegido.


Las promesas de Maduro en palabras textuales son “acabar con la oligarquía carabobeña que ha maltratado y despreciado a los niños y abuelos, y que se cree que está por encima del pueblo”. La realidad es que los carabobeños, “oligarcas” o no, tomaremos la decisión correcta en pro de nuestro estado, eligiendo al candidato indicado para la región en su momento, anhelando algún día que fuese mayoritariamente por sus méritos y no por carismas populistas.


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