Unas de las cosas que he observado como ciudadano, en
la mayoría de los gobiernos de nuestro país, es el carácter propagandístico con
que ejercen sus labores y sus obras. No veo nada mal que un Presidente, Gobernador
o Alcalde den a conocer a la sociedad sus logros durante su gestión, como una prueba
fiel de un buen gobierno ejercido, pero la mayoría de las veces da repugnancia
cuando crean y transforman ese logro a favor de su ideología política.
Desde la planificación y diseño de una obra hasta su
inauguración, el color y otros detalles relacionados con el partido político
del funcionario público en función, predominan totalmente la zona. A veces pareciera
que las pancartas publicitarias fuesen más grandes y de mayor importancia que
la propia obra.
Estos tipos de Gobiernos no ejercen una visión a
futuro sobre la Entidad, sino que a pesar realizar buenas o malas obras,
ejercen su función con una visión de presente basada en solamente en la
resolución de los problemas que inciden en el momento sin saber de que dicha
acción será a futuro un nuevo inconveniente.
Sin embargo, este fenómeno ha aumentado en la última
década en consecuencia del surgimiento de un “Socialismo del Siglo XXI” el cual
comparte muchas características ideológicas y publicitarias a regímenes
comunistas, donde se trata de colocar al gobernante en cargo como un “Gran
Líder” mediante la Inmortalización de su imagen para hacer un culto hacia su
personalidad.
Entre las prácticas más comunes están: colocar su retrato
en centros gubernamentales y administrativos, libros escolares, comida, estatuas
en lugares públicos, en resumen cualquier entidad propiedad del Estado.
Si hablamos de ejemplos, indiscutiblemente el
Presidente no solamente en practicante de esto, sino que es el caso más extremo
en Venezuela. Ya es normal que toda obra realizada por el gobierno nacional, o por
un Gobernado o Alcalde Oficialista, tenga el retrato de Hugo Chávez y la
presencia del color su partido de gobierno.
En la región carabobeña, resalta el caso de Valencia,
que desde el 2008 tiene como Alcalde al Ing. Edgardo Parra miembro del PSUV,
que tras una exitosa y transformadora gestión del difunto Paco Cabrera Santos de
3 periodos consecutivos, ha transformado a Valencia a su modo e ideología
partidista.
No solamente le basta poner su imagen en ambulancias y
vallas institucionales en obras que él no hizo (como los ambulatorios
y preescolares de la gestión pasada), cambiarle el logo a la alcaldía y entes
descentralizados, sino que también eliminar los Símbolos históricos de la
Ciudad, como el Himno, la Bandera y Escudo a su manera, sustituyendo lo famosos
medallones de bronce de los parques valencianos, por un plástico remachado, así
como también el gran escudo en la Plaza de Toros, entre otros.
Asimismo, tenemos al Gobernador de Carabobo, Henrique
Salas Feo, desde la gestión de su padre y primera suya, que han tenido como Icono
del Gobierno Regional el logo de su partido PROVE (El famoso sol).
La idea de dar a conocer a las personas lo que uno
hizo en su gestión es muy diferente a manipular a la gente a su favor y en pro
de tu partido político. Es increíble ver en toda Venezuela una guerra de colores
entre los alcaldes y gobernantes, donde todo las pinta de su color político sin
pensar en la imagen arquitectónica y cultural de su ciudad o estado.
Este fenómeno ha llegado a ser tan ridículo que hasta
las bolsas de basura que utilizan (que típicamente son negras o blancas) son
del color del partido. Los servicios básicos de las personas, como la salud y
la alimentación son dados con la preocupación propagandística por parte del funcionario,
sin olvidar por supuesto, los postes de luz con logos y vallas de la gestión.
¿Por qué no pueden gobernar con una visión a futuro? sabiendo que cuando termine su mandato, el
nuevo Funcionario Publico electo seguramente limpie de las Edificaciones y
Lugares Públicos su imagen para poner la suya y así un nuevo gasto para el
gobierno local. ¿Hasta cuando este Populismo Partidista? ese en el cual se
gobierna a favor de un sector y no de todos los Ciudadanos.
Venezuela necesita de Alcaldes y Gobernantes que
gobiernen en función del Estado, a través de Ideas y proyectos para sus ciudades
sin ningún fin propagandístico masivo que al mismo tiempo solucionen los problemas
de su gente en pro de una calidad de vida mejor.
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