Para llegar a
tener una sociedad ideal no solamente necesitamos de una buena Gestión Pública por
parte de nuestros gobernantes, sino también de las buenas aptitudes que cada
uno de nosotros podemos tomar cada día de nuestras vidas. Es increíble ver como
un sistema tan complejo se vea afectado por la acción de una sola persona y
como esto en conjunto forman grandes cambios en la localidad.
En mi opinión,
en Venezuela, podríamos agrupar a las personas basados en dos conceptos:
aquellas que salen de sus casas con la idea de cumplir su con rutina diaria sea
como sea sin importarle aquello que lo rodea, y las que tienen claro que forman
parte de algo llamado PAÍS.
Lamentablemente gran
parte del venezolano promedio es indiferente a los acontecimientos que suceden
en nuestro país. Esto no solamente se debe a que somos fiesteros y echadores de
broma donde todo es un bochinche, sino también por una decepción crea por el
mal funcionamiento de las cosas y por las “mil y un promesas” incumplidas por parte
de los funcionarios públicos, sin olvidar por supuesto, la marginalidad e ignorancia
que podemos sentir en las calles.
Si analizamos
esta situación, desde una perspectiva diferente, podemos revelar el porqué
estamos como estamos.
El HABITANTE
común, es la persona que reside en su localidad, viviendo sus rutinas laborales
y familiares, que no dedica tiempo ni por un momento en preguntarse ¿Qué está
pasando en mí comunidad?
Mucho peor
cuando no posee ningún tipo de educación y de principios, el que bota una
basura en la vía para solo salirse de ella, el que no le cede un puesto en el autobús
a una persona mayor o una mujer embarazada por solo estar más cómodo durante el
viaje, el recolector que cobra demás y
llena el autobús más de lo permitido y el que engaña a la gente en beneficio
propio, son solo algunos ejemplos de la
interminable lista que podría contarles.
Pero hay otros que practican el ejercicio de sus derechos y disposiciones de participación en las comunidades para el bien del bienestar público, a través de acciones pacificas y responsables, o lo que en otras palabras llamamos ciudadanía. Estos CIUDADANOS son la verdadera y fiel representación del país que queremos, gente buena que no solamente sale todos los días a trabajar por su familia sino también para poner su granito de arena en la construcción de un buen rumbo para todos.
Pero hay otros que practican el ejercicio de sus derechos y disposiciones de participación en las comunidades para el bien del bienestar público, a través de acciones pacificas y responsables, o lo que en otras palabras llamamos ciudadanía. Estos CIUDADANOS son la verdadera y fiel representación del país que queremos, gente buena que no solamente sale todos los días a trabajar por su familia sino también para poner su granito de arena en la construcción de un buen rumbo para todos.
Para ser
ciudadanos no hay que ser un político obsesivo, solo tener un sentido de
pertenecía de dónde eres, ese querer que te permite hacer cosas buenas y bien, tanto
para ti como lo demás.
Nuestra sociedad,
se convirtió en una lucha intangible entre Habitantes y Ciudadanos, donde algunas
cosas funcionan bien y otras mayoritariamente no. Esto es lo que nos diferencia
entre un país desarrollado y uno en “Vía de Desarrollo”.
Entonces ¿Cuál es
la solución? Pues, mientras las mayorías hagan lo incorrecto estaremos iguales
y hasta peor. Venezuela necesita de ciudadanos bien formados y comprometidos
con un cambió verdadero que comienza desde el hogar. Que conozcan completamente
sus DERECHOS y sus OBLIGACIONES para convivir en sociedad.
En consecuencia,
las autoridades conjuntamente con los ciudadanos, deben diseñar estrategias a
mediano plazo, que enfrenten urgentemente, la marginalidad y la ignorancia,
reflejada en la falta de educación de valores y principios, a través de charlas
en las comunidades, consejos comunales y asociaciones de vecinos, acompañados de
una campaña palpable en los diversos medios de comunicación, que muestren los
beneficios e importancia de la participación.
Ya conoces el problema
y como contribuir para solucionarlo. Tu ciudad, tu estado y tu país te
necesitan, no esperes que el cambio suceda, comienza contigo, has la diferencia.
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